Amar es darse al otro, comunicación, deseo y compartir desde la realidad de quiénes somos. Supone esfuerzo y mimo, confianza y
una cierta responsabilidad ante el proyecto de esa relación.
Pero el enamoramiento
profundo y apasionado, es un pico de explosión que nos aparta
de quiénes somos en realidad.
Para poder
enamorarse de alguien hay que amar la vida, mostrar interés por lo que hay a nuestro alrededor, tener ganas de saber y de crear. Puede ser un planteamiento, a veces es el amor lo que nos permite acceder a todo un
mundo de percepciones ya olvidadas, pero hay gente que no esta preparda cuando el amor llama a su puerta.
Muchas relaciones fracasan
porque se repiten inconscientemente modelos de relación que no
funcionaron o porque se esperaba que la persona amada llenara
vacíos de una experiencia insatisfactoria de otras
relaciones amorosas. Cuántas veces hemos oído lo de "si lo
sé, no me caso". Pero, ¿qué es lo que había que
saber?
Hay quien se enamora con
frecuencia y de distintas personas por poco tiempo, mientras que otros y
otras confiesan no haberse enamorado nunca o haberlo hecho
sólo una vez y para toda la vida.
Reside el riesgo: hay que soñar, pero esperarlo todo de la otra persona equivale a arriesgarse a la decepción. Ahí está la clave
del fracaso de muchas parejas.
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